¡Qué suerte poder hablar de ti Manu!
Ha sido y es un gozo verte crecer. Ver cada verano como ibas madurando, haciéndote más
responsable, más preparado, más mayor… y a la vez conservar eso que conquista a los
pequeños y también a los mayores:
tu mirada limpia,
tu capacidad de jugar y disfrutar,
tu comunicación veraz sin tapujos ni dobleces,
tu humildad a la hora de acoger cualquier sugerencia.
Sigue creciendo, sigue madurando, pero sobre todo sigue siendo fiel a ti mismo y a tanto
bueno como llevas dentro.
Doy gracias a Dios por ti, por tanto como me enseñas, por todo lo que aportas a este proyecto
común que es el CAMPAMENTO.
Con mucho cariño, Guadalupe
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